jueves, 6 de febrero de 2014

Los duendes vengativos

A los duendes les conté una vieja historia en el río ayer. En total éramos cuatro, los tres duendes y yo. Estaba intentando asustarlos con la historia, trataba de un hombre que vivió en el río hace mucho tiempo, tenía una cicatriz en la cara. Se la habían hecho unos viejos duendes al intentar robarle su cartera, y consiguieron robársela. El hombre prometió que se vengaría de todos los duendes del pueblo, y cada noche un duende desaparecería al lado del río. Al acabar la historia parecían muy asustados. Me giré un momento para coger mi chaqueta y solo vi dos duendes. Yo estaba aterrorizado y los dos duendes también. Decidimos volver a la noche siguiente. ¡Y volvió a desaparecer otro duende! La noche posterior tuve que ir yo solo porque el último duende no se atrevía a ir. Avancé muy despacio y oí un ruido a mis espaldas, me giré rapidamente, pero no ví nada, seguí andando y aparecieron ante mí los tres duendes riéndose de mí, porque lo único que querían era vengarse por haber querido asustarlos.

Julia González de la Lastra

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