martes, 11 de marzo de 2014

LA CURIOSA MUERTE DE UN DUENDE




A los duendes les conté una vieja historia en el río ayer. Trataba del asesinato de un duende que, curiosamente, murió en un cobertizo de su casa en el que solo había cuatro paredes, un suelo y un techo. La víctima había cerrado con llave desde dentro y no tenía ningún rasguño. Al hacerle la autopsia descubrieron que no había tomado nada y no le había dado un paro cardiaco ya que era demasiado joven. El equipo de policía investigó el caso durante años, pero al ver que se habían repetido casos parecidos en ese tiempo empezaron a sacar conclusiones. Finalmente descubrieron que se trataba de un ser minúsculo que se colaba por los huecos de las puertas y, posándose en su nuca, les clavaba a sus víctimas su pequeñísimo aguijón que desprendía un veneno muy difícil de detectar. Nunca se consiguió atraparlo, pero sí sabían cómo librarse de él. Los duendes desalojaron sus viviendas hasta que el ser no tuviera víctimas que matar y así emigrara a otro sitio.
                                                                                                                                                                                               Juan Jorde 1º D ESO

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